Limpiador de ruedas de locomotora

Una herramienta sencilla para mantener limpias las ruedas de las locomotoras

A todos nos ha ocurrido alguna vez que las locomotoras pierden contacto con la vía, dan tirones y su movimiento es poco elegante. Esto es devido a dos causas: suciedad en las vías y suciedad en las ruedas.

El polvo se deposita en las vías y al pasar por ella cualquier vehículo, éste se compacta y se quema por acción de la corriente que lo atraviesa para llegar a las ruedas. El resultado es una capa negra y compacta que a simple vista es imperceptible pero que termina produciendo fallos en el paso de la corriente desde las vías hasta las ruedas de nuestras locomotoras (o vagones que tengan tomas de corriente).

Es por esto que la limpieza periódica de la vía se hace imprescindible, utilizando para ello vagones limpiavías o cualquier otro método. Pero parte de esa suciedad se acumula en las ruedas que también tienen que ser limpiadas periódicamente. Es para ello para lo que he construido este «Limpiaruedas»

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En la foto anterior y en esta vemos un cepillo de pelos de latón y mango en madera de haya. Este en concreto es de la marca Triplex y tiene el pelo bastante fino. Esto es primordial para nuestro proposito ya que mientras más fino sea el pelo más suave será el «pulido» de las ruedas.

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Para separar las cerdas del cepillo en dos bandas he pegado entre ellas una tira de panel. De esta forma los «pelos» del lado derecho no tocan los del lado izquierdo.

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Para hacer llegar la corriente hasta las cerdas del cepillo he preparado dos finas láminas de cobre que colocaremos como se ve a continuación.

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Aquí se ve como he introducido la lámina entre las cerdas metálicas del cepillo.

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La lámina de cobre se dispone a lo largo del mango hasta el extremo, donde se dobla bordeando éste hasta el lado contrario.

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He sujetado la lámina de cobre con clavos de los utilizados para fijar las vías.

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El cepillo con las dos láminas colocadas en su sitio y clavadas.

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Por la parte que quedará hacia abajo, tenemos los extremos de las láminas ya clavadas. Conviene levantarlas un poco de la madera con idea de que sobresalgan más que la cabeza de los clavos.

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Pegamos entre las láminas de cobre un trozo de panel de 15 mm. de ancho para que quepa entre los raíles de la vía.

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En el otro extremo pegamos otra pieza de panel del mismo ancho y en los laterales he colocado también unos paneles para evitar que las cerdas se abran hacia los lados.

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En esta foto vemos desde arriba como ha quedado todo.

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En esta otra lo vemos completo.

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Y aquí lo vemos colocado en una vía listo para ser usado.

A través de las láminas de cobre llega la corriente a las cerdas metálicas del cepillo. Cuando colocamos una locomotora sobre éstas, las ruedas giran y se van «puliendo» eliminando la suciedad que pudiera estar adherida a ellas y quedando en perfecto orden de marcha.

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En esta foto de detalle observamos como las láminas hacen contacto con los raíles y apreciamos también como el pequeño panel que pegamos entre los contactos nos sirve de guía para mantener el cepillo en su posición justo encima de la vía.

Este es un método rápido práctico y económico de mantener las ruedas de nuestras locomotoras en buen estado, aunque no olvidemos que el principal mantenimiento está en las vías. Son éstas las que más asiduamente se han de limpiar y de esta forma las ruedas se mantendrán limpias más tiempo.

…mmmmm… Tendré que pensar en algún artilugio móvil para limpiar las vías, ya que los vagones limpiavías que tengo no dan un resultado satisfactorio.

Pero eso ya será otro día…

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